12/30/2010

trocitos de amistad en 140 caracteres

(intercambio mensajil, de distinta índole a los anteriores :-)

- "Mirimir, en Chile, camino de Buenos Aires, repasando todas las cosas importantes que aprendí de ti, como reirse de una misma [a borbotones] y el desparpajo para con la seriedad. beso, tq"

· "¡Qué bueno recibir noticias tuyas! (Creí que habías pasado por Valencia sin dar señales de vida!) Dale un beso a tu family y llama: tus relatos de los lugares amplían el mundo de quien los escucha. Un beso grande, mir"



A pesar de las "reestructuraciones" después de la pérdida de cotidianeidad compartida, seguimos teniendo dificultades para comunicarnos por teléfono; y sin embargo, nunca dejo de hacer el (vano) ejercicio de incorporar tu mirada cuando viajo a nuevos lugares. 

12/27/2010

Impresiones sobre un viaje organizado, cinco días después

22.XII.10


Me resulta imposible hacer un diario de bitácora sobre mi viaje, tengo la sensación de que son lugares tan gastados, tan visitados, gestos repetidos una y mil veces en el mismo lugar, que hacer un relato personal del viaje me supone una impostura, una mala imitación, una imitación que será propia, pero no personal. Es como si tu persona se viera diluída en las miles de sonrisas que sabes que cada día tu guía turístico distribuye con igual afecto a las decenas de personas que pasan por delante de él, para después a penas poder recordar tu nombre, o ni siquiera eso.

Y que a pesar de eso, si te encuentra sola, va intentar sacar tajada, para olvidar al día siguiente tu nombre de nuevo, porque no le llamaste -por suerte-, y tú al día siguiente vas a pensar que el siguiente guía también es resimpático (y a guardar las distancias, porque ya aprendiste), vas a contemplar el paisaje, batir los miles de comentarios similares que ya se han hecho sobre el lugar para sacar una mezcla nueva que significa lo mismo; y vas a acabar el día en otro hotel, que tiene el mismo olor que el anterior -distintos servicios, otras sábanas, otra vista desde la habitación-, la misma sensación de ausencia. Ausencia y ajeno, Ajeno porque no pertenece a tu cotidaneidad, porque para estar a gusto (y aun así, no te privas de nada) necesitas no pensar que hay gente que vive así a menudo, o que tus padres han decidido gastar lo que han ahorrado estos años para el viaje ( tampoco se han privado de nada, es solo que un viaje así no pueden hacerlo cada año) en ese lugar que puede ser extremadamente acogedor, pero que en el fondo nunca dejar de tener un tufillo a vacío. Y mientras vas acumulando paisajes en la retina, como mails en la primera cuenta que abriste, o piedras de playa en una caja, que son todas diferentes, sin que ninguna de ella sea especial.

Podría hacer un diario de viaje, un diario de viaje y de mis acompañantes de viaje; pero no puedo evitar que me dé una pereza cósmica que diría Glòria. En lo que se refiere a pensarla, estoy cómoda en el lugar en el que me he ubicado con respecto a pensar mi familia. Sin embargo, este viaje ha demostrado que esa ubicación cómoda no es por eso acertada, y que hace aguas. Aun así me resisto a repensarla. Aunque el lugar no sea el adecuado, creo que fue una decisión acertada la de quererlos sin reparos, sin miramientos, desde el cariño, sin pensarlo, sin necesidad de ser cómplices.



 
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