Una aclaración: hace mucho, desde los tiempos de la transición, la clase política se empeñó (y lo logró) en hacernos creer que la política, el hacer político sólo les incumbía y pertenecía a ellos.
Empezó cuando PSOE salió a la tribuna con el mensaje para los movimientos sociales y la ciudadanía de que ya se podían ir para casa, porque ahora “gobernaban los buenos”.
Ese gesto lo repitió en 2004, después de ganar las elecciones; sin embargo, la democracia menos injusta se construye desde abajo, con un control continuo y exhaustivo de la sociedad civil a las administraciones y unas reivindicaciones que no son sino el camino hacia la (re)conquista de derechos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario